En el supuesto práctico, la descripción y el argumento aparecen entrelazados de manera indisoluble. En el texto que se analiza siempre hay datos que analizar, y a veces hay también argumentos planteados por otras personas.

El supuesto práctico debe ser un argumento, es decir, una afirmación lógicamente coherente, fundamentada en una serie de conexiones entre diversos datos y conceptos, ya los hayas tomado del texto, de las clases teóricas, de la búsqueda de información adicional o de tu propia reflexión. Lo que se pide es CAPACIDAD DE RELACIONAR, y de argumentar. Ni los datos ni la teoría utilizada deben estar aislados del argumento, la conexión debe ser visible; tampoco puedes limitarte a repetir los datos y argumentos que figuran en el texto; debes descubrir algo que el texto no dice explícitamente pero que puede deducirse de él. Eso no significa que haya una ÚNICA RESPUESTA; lo que se valora no es el resultado al que se llegue sino el proceso, el camino que se ha seguido.
Algunos ejemplos de conexiones entre datos y conceptos: explicación (determinar las causas de un fenómeno), prospección (determinar las consecuencias de un fenómeno), interpretación (determinar el significado, el sentido de una determinada acción social), comparación (confrontar dos textos, o dos teorías, o dos fenómenos).
Además, al elaborar el caso has de tener una cierta desconfianza crítica respecto a tus propias preconcepciones, a lo que te han explicado en las clases, a los tópicos recurrentes al hablar de un tema, a “lo que todo el mundo sabe” y a la retórica publicitaria que emiten sindicatos, partidos políticos y organizaciones empresariales. Aunque al final pudiera ser que estuvieras de acuerdo con todo eso y en cualquier caso siempre te va a ser útil, es preciso que lo pongas en duda, para hacer un ejercicio real de reflexión más allá de lo que “se supone que tienes que decir”. Es decir, objetividad nunca subjetividad en un supuesto práctico.

ERRORES TÍPICOS:
Errores lógicos: “La pérdida de afiliación depende en gran medida de factores económicos, laborales o culturales y no del descenso de la afiliación sindical”. Obviamente, la pérdida de afiliación no puede depender de la pérdida de la afiliación.
Falta de claridad en las conexiones: “Las empresas se centran en la flexibilidad interna, por medio de cláusulas de apertura. Para conseguir este objetivo, pretenden disminuir el gasto en Seguridad Social y beneficios sociales. Puede percibirse vagamente la relación entre cláusulas de apertura y flexibilidad interna (aunque no está demasiado claro), pero lo que no queda claro es por qué la disminución del gasto en Seguridad Social fomenta la flexibilidad interna o se lleve a cabo mediante cláusulas de apertura. Quizás podría razonarse de alguna manera, pero al dejarse implícita producen la impresión de que el opositor no distingue entre la Seguridad Social y la regulación del contrato de trabajo.
Copia literal del texto comentado: La única “voz” y lenguaje que debe aparecer en el supuesto práctico es la de la persona que hace el comentario. En ocasiones se utiliza la terminología técnica que aparece en el texto, pero esto no es lo mismo que transcribir frases literales. En algunas ocasiones resulta necesario citar una frase literal del texto por su especial expresividad o significación; en tal caso, se cita con comillas (y, si el caso está a ordenador, con cursiva) y no como si formara parte del discurso de quien escribe.
Limitarse a un resumen del texto comentado: Resulta innecesario extenderse en volver a contar los hechos. Eso NO SIGNIFICA QUE NO TENGAS QUE HACER REFERENCIA AL TEXTO, O QUE NO TENGAS QUE APLICAR TU CAPACIDAD DE SÍNTESIS, la cuestión es que tengas claro quién es el destinatario del texto. Piensa en el comentario que puedes hacer de una película; no es lo mismo lo que le dices a alguien que ha visto la película (tienes que hacerle una síntesis más minuciosa del argumento), que lo que le dices a alguien que ya la ha visto; en este último caso, sólo haces referencia a los hechos que te resultan significativos para tu comentario. Pues bien, escribes para alguien que ya ha leído los textos, pero al que le puede interesar que le resaltes algo que es importante para que tu argumento quede convincente.
Limitarse a exponer la teoría que se considera que tiene algo que ver: al igual que sucede con la síntesis del texto comentado la teoría (extraída del temario) también debe aparecer en el texto COMO PARTE DEL ARGUMENTO, no descontextualizada. No introducciones teóricas innecesarias que rellenan espacio pero en realidad no aportan nada al argumento; puesto que el espacio que se tiene es limitado, se tendrá que evaluar en cada caso hasta qué punto la teoría es relevante.

PASOS (RECOMENDADOS) PARA HACER UN SUPUESTO PRÁCTICO
Esto es una simple guía, no quiere decir que todo el mundo tenga que hacer el supuesto práctico así, ni todos los supuestos se hacen de la misma manera (hay que tener en cuenta las peculiaridades de cada uno) pero quizás pueda servir de ayuda.
1. Lee la pregunta o las preguntas que se te plantean en el supuesto práctico. Aunque en principio no te aporte mucho, puede orientar tu lectura de los textos para ir determinando qué es lo importante para tu trabajo.
2. Lee atentamente el texto o los textos que se te plantean. Sobre todo si es un texto largo, puede que necesites subrayar o anotar fragmentos que te parezcan especialmente significativos (porque te resulten interesantes o, especialmente, porque aporten algo en relación con la pregunta que se te plantea. Si es un texto largo, te resultará útil sistematizar cuáles son las líneas básicas del argumento del autor.
3. Revisa tus temas, por si la teoría pudiera arrojar algo de luz sobre los textos o las preguntas.
4. Vuelve a leer la pregunta. Es importante para orientar tu trabajo. Ahora reflexiona sobre ella, teniendo como sustrato todo lo que has leído (los textos, la teoría, la normativa). Concreta un argumento: una idea (o quizás una por pregunta, aunque es mejor que todo siga un mismo hilo) que se puede resumir en una o dos frases y contesta a las preguntas que se plantean. Si lo necesitas, escribe el resumen del argumento para concretarlo.
5. Piensa cómo has llegado a esa idea y cómo puede defenderse. Reflexiona sobre qué datos (de la clase, de los textos, de la normativa) resultan REALMENTE significativos para llegar a ese argumento, para defenderlo.
6. Te será útil hacer un esquema de tu argumentación y de los pasos que vas a seguir antes de empezar escribir. Todo lo que vas a escribir sigue un mismo hilo, gira alrededor de tu argumento.
7. Por último, redacta tu argumento, poniendo cuidado en la claridad, la corrección y la precisión de tu expresión. Si tu argumento no queda claro en el papel, no podrás demostrar que lo tienes claro en la cabeza, así que ten cuidado en decir exactamente lo que quieres decir, ni más ni menos. Al tratarse de un documento formal intenta evitar en lo posible las expresiones coloquiales que utilizamos en el lenguaje oral.

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